Fernández Montesinos, José (1897–1972)

Relación con el CEH
Colaborador (1917-1920, 1932-1936)
Proyectos
Glosario medieval.
Estudios de literatura áurea.

Publicaciones

Estudios sobre Lope, México, El Colegio de México, 1951.

Primavera y flor de los mejores romances recogidos por el licdo. Arias Pérez (Madrid, 1621),Valencia, Castalia, 1954.

Introducción a una historia de la novela en España en el siglo XIX, Valencia, Castalia, 1955.

Costumbrismo y novela, Valencia, Castalia, 1960.

Fernán Caballero, México, El Colegio de México, 1961.

Pereda o la novela idilio, Valencia, Castalia, 1969.

Valera o la ficción libre, Valencia, Castalia, 1970.

Ensayos y estudios de literatura española, ed., pról. y bibl. de J. H. Silverman, Madrid, Revista de Occidente, 1970 (col. Selecta de Revista de Occidente, vol. 36).

 B. Pérez Galdós, Lo prohibido, ed., introd. y notas de  José Fernández Montesinos, Madrid, Castalia, 1971 (col. Clásicos Castalia, 34).

Pedro Antonio de Alarcón, Madrid, Castalia, 1977 (2.ª ed.).

Galdós, Madrid, Castalia, 1980 (2.ª ed.), 3 vols.

Entre Renacimiento y Barroco. Cuatro estudios inéditos, ed. de P. Álvarez de Miranda, Granada, Comares, 1997.

Semblanza

José Fernández Montesinos (Granada, 1897 – Berkeley, 1972) fue uno de los colaboradores de Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos. Llegó al Centro en 1916 de la mano de Américo Castro, y en 1920 se trasladó a la Universidad de Hamburgo para ocupar un puesto de lector. Regresó a Madrid en 1932, para dar clases en la Universidad y trabajar en el Centro. Con el estallido de la guerra tuvo que huir, primero a Francia y después a los Estados Unidos.

Nacido en Granada en 1897, su padre tenía un alto cargo en un banco de la ciudad. Su hermano, Manuel, cuatro años más pequeño, fue médico y político. Elegido como concejal de Granada en las elecciones de abril de 1931 por el Partido Socialista, ocupó entre 1934 y 1936 en varias ocasiones la alcaldía. El 20 de julio de 1936, tres días después de que estallara la guerra, un grupo de soldados al mando del coronel Miguel del Campo entró en el Ayuntamiento de Granada cuando se estaba celebrando un pleno. Manuel Fernández Montesinos y los concejales fueron encarcelados y un mes después, el 16 de agosto, Manuel era fusilado en las tapias del cementerio de la ciudad. Dos días más tarde, siguió su suerte Federico García Lorca, su cuñado (Manuel estaba casado con Concha, una de las hermanas de Lorca).

La llegada de José Fernández Montesinos al Centro de Estudios Históricos se produjo de la mano de Américo Castro, también granadino. Su nombre aparece en la memoria de la Junta para Ampliación de Estudios de 1916-17 como colaborador de la sección de Filología. En concreto trabaja en el apartado del Glosario, en la creación de un Diccionario de la lengua castellana hasta fines del siglo XV, bajo la supervisión de Américo Castro. Ahí se dedica al inventario y alfabetización de las papeletas que se habían reunido, más de ciento veinte mil. En realidad no es su nombre el que aparece, ya que le llaman, erróneamente, Juan F. Montesinos. En su formación filológica, junto a la influencia positivista y formalista del CEH, Montesinos también estuvo muy atento a las reflexiones de Ortega y Gasset, lo que le permitió añadir a sus estudios literarios una sustancia temporal y humana.

En noviembre de 1920, Montesinos fue “nombrado, por mediación del Centro, lector de lengua castellanaˮ, de la Universidad de Hamburgo. Montesinos pasará en la ciudad alemana doce años, desde 1920 hasta 1932, fecha en la que regresa a Madrid como profesor de la Universidad Central, con alguna excedencia debido a viajes que realizó por diferentes países europeos pensionado por la JAE para trabajar en archivos y bibliotecas. Aunque se marchó a la ciudad alemana, su espíritu seguía en los pasillos y despachos del Centro. Desde Alemania enviaba sus artículos y reseñas a la Revista de Filología Española. Dos fueron principalmente los temas sobre los que trabajó Montesinos durante el tiempo que estuvo en Hamburgo: Lope de Vega y los hermanos Valdés (Juan y Alfonso) y el erasmismo. La estrecha relación que mantenía con Américo Castro, quien durante aquellos años se interesó por la literatura áurea, fue lo que le inclinó a Fernández Montesinos al estudio de estos autores.

En 1932, Montesinos regresó a Madrid para ocupar una cátedra de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, que acababa de inaugurar su nueva sede en la Ciudad Universitaria. En Madrid, Montesinos, además de su tarea como profesor universitario, también participa del clima creativo y de libertad que se disfrutaba en España por esos años con la proclamación de la Segunda República. Participa en diferentes actos y conferencias, de los que se guarda el manuscrito de algunos de ellos, también escribe en la prensa.

La vida del filólogo granadino también se vio truncada con el estallido del conflicto en España. Entre 1937 y 1938 es agregado cultural de España en Washington D. C. Regresa a Europa en el verano de 1938, y vive en París con grandes apuros hasta 1940. Con la entrada de los nazis en la capital francesa, se trasladó a Potiers, en cuya universidad fue nombrado lector, gracias a la intermediación de sus amigos Marcel Bataillon y Charles V. Aubrum. Allí pasó los duros años de la Segunda Guerra Mundial. La salvación le llegó en 1946 cuando fue invitado por la Universidad de California en Berkeley para ocupar la cátedra que había quedado vacía con la muerte de Rudolph Schevill. Estuvo en California hasta su fallecimiento en 1972, con algún viaje esporádico a España invitado por alguna universidad.


Autor
Mario Pedrazuela Fuentes