(La información biográfica que aquí se refiere está tomada del artículo de Eduardo Montes-Bradley (2009), que puede consultarse completo aquí)
Carlos María Bernardino del Carmen Ocantos y Ziegler nace el 20 de mayo de 1860 en Buenos Aires. Su padre fue José Antonio Ocantos y Martinez (1833-1903) vinculado al poder institucional y político de la Nación, y su madre María Luisa Ziegler Rejas, hija de Johann Karl August Ziegler (1801-1859) y de Maria Ignacia Rejas y Caballero de Negrón.
Ocantos fue un escritor y diplomático argentino, pero acabó estableciéndose en España hasta su muerte.
Tras la capitulación del general Mitre el 2 de diciembre de 1874 la familia Ocantos se refugia en Montevideo pero un nuevo incidente político, el derrocamiento del presidente uruguayo Ellauri, determina que la familia vuelva a exiliarse y el 15 de abril de 1875 se embarcan rumbo a Europa y se establece en París. En 1881, Ocantos viaja por segunda vez a París y dos años mas tarde se publica en Buenos Aires La cruz de la falta, su primera novela. Ese mismo año Ocantos ingresa, merced a la influencia de su padre, como Oficial Segundo en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Su primer destino fue como Encargado de Negocios en Río de Janeiro, donde el escritor y diplomático Vicente Quesada se desempeñaba como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario desde febrero de 1883. En julio de 1885, Ocantos es ascendido a Oficial Segundo y designado Secretario de Primera Clase en la misma legación. El 15 de setiembre de 1885 Ocantos regresa a la casa de sus padres y un año más tarde es designado Secretario de Primera Clase a la legación madrileña. Dos años después de su desembarco, se publica León Zaldívar, el primer tomo de la serie de novelas argentinas que concluirá 41 años más tarde, con Fray Judas.
La crisis institucional de 1890 determina la renuncia de Ocantos y su regreso a Argentina. Los siguientes cinco años de permanencia en Buenos Aires son provechosos para el escritor. En 1891 publica Quilito y después otras tres novelas:
Entre dos luces, El candidato y La Ginesa. Tras estos cinco años, Ocantos pide a Quesada, entonces embajador en España, el favor de reincorporarse a la legación en Madrid. Ya en Madrid publica Tobi, que es alabada, entre otros por intelectuales de la época, como Menéndez Pelayo, Manuel del Palacio, Jacinto Octavio Picón, Melchor Palau, Emilio Ferrari, Salvador Rueda, el marqués de Valdeiglesias, Pérez Galdós, el conde de las Navas, Juan Valera, Andrés Mellado y Salvador Rueda.
En 1897 Ocantos ingresa como miembro de la Real Academia Española. Este mismo año publica su novela, Promisión. A partir de entonces, multiplica sus intervenciones en folletines y revistas literarias y se convierte en un referente popular. Entre 1900 y 1904, publica otras tres novelas: Pequeñas miserias, Don Perfecto y Nebulosa y Mis cuentos.
En 1910 es designado Ministro Plenipotenciario ante Dinamarca y Noruega con lo que deja Madrid y se establece en Copenhague. En esta época publica En 1911 se publica El peligro y Riquez, memorias de un viejo verde. Durante esta estancia, plagada de chismes e intrigas sobre su persona, Ocantos recibe la noticia de la muerte de su hermano menor en París en 1917 y renuncia al cuerpo diplomático con la intención de establecerse definitivamente en Madrid.
En 1919 compra un terreno en el término de Aravaca donde manda construir su palacio residencia, a la que llamará “Villa Buen Retiro”. Allí residirá los años siguientes, junto a su hermana. En 1922 publica Victoria y las seis comprendidas en el Volumen El camión. Un año más tarde aparece La cola de paja. Por otro lado, desde su regreso trabaja para concluir la serie de novelas argentinas que se había propuesto en 1888. A La cola de paja le suceden La ola y El secreto del Doctor Barbado. En 1927 aparece Tulia, 18º tomo de sus novelas argentinas. La serie finalizará en 1929 con Fray Judas.
La guerra civil española sorprende a Ocantos escribiendo en su villa de Aravaca. La batalla final por Madrid pasó literalmente por el meridiano del comedor de la "Villa Buen Retiro" mientras intentaba terminar su novela: La amazona del amor. La "Villa Buen Retiro" fue arrasada, junto a la biblioteca, valiosos objetos de arte, incluyendo la casi totalidad de los cuadros que había pintado, y su archivo personal. Pudo salvar su vida gracias a un salvoconducto de la embajada argentina y poco después Ocantos se embarca a Buenos Aires. Antes de partir entrega a sus editores el manuscrito de La amazona del amor, que vería la luz en 1939.
Su reencuentro con Buenos Aires, 26 años después de su partida, no es bueno. Nada de lo que recordaba de la ciudad, permanecía, de modo que regresa a España una vez finalizada la guerra. Tiene entonces 79 años y ya es un anciano. De su residencia en Aravaca no queda nada. Aunque seguirá publicando unos años, muere en un hotel de Madrid en 1949.
